13 de marzo de 2010

"EL CAZADOR DE LAS LETRAS ESPAÑOLAS"

A sus 89 años muere Miguel Delibes. Premio Cervantes, se ha convertido para muchos en la figura más querida y popular de la literatura castellana de la posguerra. Escribió títulos tan conocidos como La sombra del ciprés es alargada, El hereje o Los santos inocentes, yo me quedo con su "Hoja Roja".

Tendría yo 14 años cuando por prescripcipción facultativa u obligación escolar, de esas que te dan a elegir y de tres libros escoges uno para hacer un comentario, fue a parar a mi escritorio "La hoja roja" de Delibes.
Dábame yo el pegote de lectora incorregible por aquellos tiempos, aunque mejor no mencionar los títulos escogidos.
Con un deseo irremediable de atrapar el más cortito, cayó entonces en mis manos el libro que marcó un antes y un después en mi gusto por la lectura y el cuento.
Bien contado, bien escrito, bien planteado y bien hecho, nos presenta el autor un tema tan profundo como la vida misma. Estamos de acuerdo en que la vejez entra en nuestras vidas casi sin darnos cuenta. También es cierto que hoy, ni la jubilación es la marca ni la salud es la guía. Nadie sabe cómo ni cuándo, abrirá su librillo y le quedarán 5 hojas. Tan ocupados estamos en nuestro quehacer diario, que vamos sacando hojas de un librillo imaginario. Y cuando se acaba, otro!

Pero lo que sí tengo claro, que yo que fumo tabaco de liar y los que me conocen lo saben, cada vez que veo salir la "hoja verde" que marca que quedan 5 papeles, no puedo evitar esbozar una sonrisa y acordarme de ese libro que tanto dio en mí que hablar y tanto me hizo pensar.

2 comentarios:

  1. La verdad es que da pena que artistas de este calibre desaparezcan, sobre todo porque da la impresión que nadie les toma el relevo; o por lo menos no de una forma tan notoria y brillante como lo hizo el maestro Delibes

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  2. Yo también me quedo con la Hoja Roja, que maravilla!. Descubrí a Delibes de la mano de un profesor de lengua y literatura en el Instituto de Bachillerato, Cristobal de Monroy, en Alcalá de Guadaira, que falleció este año, Alberto Fernández Bañuls. Que maravilla de ambos dos, pues el primero con la tinta de su pluma nos dejó mucha sabiduría y el segundo en mí sembró la afición al teatro, algo que me ayudó mucho en mi vida no solo como profesión y también me enseñó a amar la literatura. Enhorabuena maestros y que la brisa del cielo mantenga siempre vuestro espíritu vivo.!

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