13 de julio de 2012

CUANDO LOS QUE DICEN REPRESENTARNOS NO NOS TIENEN RESPETO


Son ya demasiadas las ocasiones en las que aquellos que en su momento obtuvieron por nuestra voluntad el lugar que hoy ocupan, se olvidaron de la realidad misma y faltaron al más básico de sus quehaceres.
Resaulta increíble que a los que nos corresponden los servicios de la clase política, asistamos cada viernes, o cada miércoles -ya da igual-, impasibles y atónitos a un sinfín de despropósitos que nada tienen que ver con la voluntad de aquellos a los que deben su labor.
Me parece oportuno, llegados a este punto, recordar a la ciudadanía algunos conceptos básicos que sustentan el sistema que hoy dicen gobierna España, para que empecemos a llamar a las cosas por su nombre y seamos responsables con lo que queremos y podemos o no queremos y no podemos tolerar.
Empecemos por la base, DEMOCRACIA VS FEUDALISMO.
Dice la RAE que democracia es la Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno”. Y continúa “Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado”.
Feudalismo es sin embargo “Sistema feudal de gobierno y de organización de la propiedad”. Feudo: “Contrato por el cual los soberanos y los grandes señores concedían en la Edad Media tierras o rentas en usufructo, obligándose quien las recibía a guardar fidelidad de vasallo al donante (…)”.   

El caso es que hace ya tiempo, no solo los españoles, absurda cola de ratón, sino aquel gran monstruo europeo, que se erigía en cabeza de animalote gigantesco, entendimos superadas formas de gobierno propias de países en vías de desarrollo. Hemos observado escandalizados, llevándonos las limpias, blancas y unidas manos europeas a cabezas inteligentes, capaces y cualificadas, como otros países de nuestro entorno no velaban por principios a los que hoy damos la espalda. ¿Cuántas veces hemos tratado de progreso? ¿Cuánto se ha debatido sobre igualdad, cooperación o desarrollo? ¿Cuántas veces, víctima de la embriaguez del recién inventado sueño europeo, nos hemos sentido poderosos al ver el mal de aquellos que con la era tecnológica ya no teníamos tan lejos?
Hoy somos nosotros, señores, los que nos llevamos nuestras ahora asustadas, inseguras e incapaces manos a cabezas aletargadas, cada vez menos soñadoras y por supuesto nada pensantes, cuando asistimos abrumados a la destrucción más absoluta de lo que creímos seguro y protegido.
No entiendo nada de nada.
¿Cuándo hemos dejado de saber que el poder lo otorga el pueblo? ¿Cuándo nos han convencido de que podemos o debemos aguantar, ya no políticas devastadoras que se alejan de la voluntad de la gente, sino faltas de respeto objetivas, clara incapacidad para representar a la colectividad y mal ejercicio de una profesión que se debe como cualquier otra a lo que en términos generales se denomina destinatarios, en lenguaje empresarial cliente, en expresión política pueblo o ciudadanía y lo que es más importante en clave de derechos humanos, PERSONAS?
España tiene todo lo que necesita para decir lo que piensa. Dejémonos de colores que hoy no sirven ni tienen credibilidad, dejemos de dar codazos al funcionario, el obrero, el mayor, el joven o el parado, que para eso ya tenemos una plana bien constituida que en los últimos 20 años nos ha mostrado lo peor de cada caso.
Miremos ahora juntos por vez primera en mucho tiempo. Reflexionemos sobre aquello que nos parece que puede ser una u otra solución y atendamos firme, legal y limpiamente a las vías que una democracia, por muy disfrazada que nos la hayan vendido, pone a nuestra disposición para expresar la voluntad de todos.
Tenemos economistas, tenemos abogados, sociólogos y antropólogos, tenemos educadores, analistas, investigadores. Tenemos gente con historia y experiencia. Tenemos ganas de salir de esta y sobre todo tenemos claro lo que no queremos y lo que sobra.
Organicémonos y atendamos a aquellos que conocen el sistema sociopolítico, hagamos reflexión crítica y objetiva sin ombligos y perdamos el miedo a que nos quiten lo que hace tiempo que no tenemos. Si somos capaces de empoderarnos quizás dentro de un tiempo podamos estar hablando de esto desde el lugar en el que hemos nacido, del que hemos aprendido y en el que hemos trabajado y queremos seguir trabajando, y no desde la huida en masa de unos pocos con suerte y la más absoluta desolación de los que por no poder, se quedan a aguantar el tipo.

Desempolvemos a Freire y su pedagogía del oprimido, con la pena de ser conscientes de que lo que creímos más que superado, se posiciona hoy contra nosotros y es nuestra responsabilidad volver a enseñarlo.

1 comentario:

  1. Por más que prediquen los nuevos avances... seguimos retrocediendo.

    Y aún teniendo herramientas que podríamos emplear en prosperar, seguiremos siendo ovejas inconscientes que no fijan más objetivos que el que todos sabemos..

    Me alegra leerte de nuevo

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